sábado, 27 de agosto de 2011

Galletas de la abuela Filo


Este es uno de los mejores recuerdos de mi infancia, las ricas galletas que preparaba mi abuela Filo en su vieja y enorme casa del pueblo. Las galletas de manteca y el olor a lavanda de su colonia, de nuevo un sabor y un olor que tengo grabados y me traen tan buenos momentos a la cabeza...

Mi abuela era la típica abuela con pelo blanco y moño, como las de los cuentos, vestía de negro, lo hizo en los últimos 20 años de su vida, el tiempo que vivió sin mi abuelo, al que no llegué a conocer, murió pocos meses antes de mi nacimiento. Y en todos esos años la recuerdo igual, con una gafas de pasta que sólo se quitaba para dormir, su largo pelo gris que peinaba con peineta al levantarse y acostarse, las horquillas de su moño...

El otro día quise recordar un poquito a mi abuela haciendo estas galletas con la ayuda de mi niño mayor. La receta me la dio ella misma hace ya muchos años, la tengo anotada en el que fue mi primer libro de recetas.

Las galletas de mi abuela Filo se hacen con manteca, que era el ingrediente graso que había en todas las casas de pueblo en aquella época. Como ahora la manteca ya no es tan habitual y en muchos supermercados ni siquiera se encuentra, he sustituido una parte por mantequilla, aunque el sabor ya no es el mismo, pero se parecen bastante. Si os animáis con la receta original sólo tenéis que eliminar la mantequilla y poner todo manteca de cerdo.

El gasificante tampoco es igual al que usaba mi abuela, ella utilizaba unos polvos húmedos con cierto olor a amoniaco que llamaba "polvo para galletas". Lo he sustituido por un sobre de gasificante, las galletas suben más que con la receta de mi abuela, aunque también es cierto que yo la he reducido a la mitad, si ponéis el doble de todo y el sobre de gasificante quedarán mucho más parecidas a las originales.



Mi adaptación es esta:

INGREDIENTES (para unas 40 galletas)

150 gramos de manteca de cerdo
100 gramos de mantequilla
250 gramos de azúcar
2 huevos
450 gramos de harina
1 sobre de gasificante (los dos que vienen unidos)
un poco de chocolate molido y de almendra molida para decorar

PREPARACIÓN

Precalentar el horno a 200º C.

Batir la manteca y la mantequilla hasta unificar y añadir el azúcar. Seguir batiendo hasta que quede una mezcla suave y añadir los huevos uno a uno integrando bien con la masa. Ir agregando la harina poco a poco mientras se mezcla con la espátula; antes de terminar con la harina agregar también el gasificante. Terminar de añadir la harina. Quedará una mezcla no muy dura, lo justo para no pegarse a las manos. Reservar en la nevera un rato mientras molemos el chocolate y la almendra. Con unos pocos gramos servirá, no hagáis como yo que molí 100 gramos de cada y ahora tengo chocolate y almendras molidas para regalar.

En una bandeja de horno con papel de hornear ir colocando bolitas del tamaño de una nuez grande, dejando separación entre ellas porque se van a expandir. Hacer una marca con el dedo índice en el medio de cada bolita y en ese pequeño hueco ponemos un poco de almendra molida y un poco de chocolate.



Hornear durante unos 12-15 minutos (según hornos) hasta que veamos los bordes tostados. La parte superior estará blanquita y al sacarlas del horno parecerán blandas pero al enfriar endurecen. Dejaremos reposar unos minutos en la bandeja mientras se templan un poco y luego las pasamos con una espátula a una rejilla para que terminen de enfriar.

Espero que os gusten, en casa todos han estado de acuerdo en que son casi casi como las de la abuela Filo.


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